En los inicios de la inteligencia artificial, existían los chatbots. Programas con los que podías hablar. No pasó mucho tiempo antes de que se configuraran para ser novias y novios artificiales.
Algunos pensaron que esto haría
que la gente se aislara y no buscara
un contacto significativo. Otros pensaban que sería una buena herramienta de entrenamiento
y permitiría a la gente experimentar socialmente antes de probar lo real.
Por supuesto, en aquella época
los programas eran sólo programas
y a los humanos nos daba igual lo que
el software pensara de nosotros.